24 Feb José González
Soy soltero, de un pueblo de aquí al lado, Freas. Tuve infancia mala. Cuando tenía 9 años, en 1940, quedé sin padre. Fue en la terminación de la guerra y en esos años se pasó mucha hambre. Mis padres trabajaban en el campo, procurando un poco de maíz, unas pocas alubias, patatas… era lo que había.
Fui poco a la escuela, a pesar de que tuve la oportunidad, porque estuve unos meses en una escuela de pago. Éramos dos vecinos amigos y yo, y nos gustaba mucho quedarnos por el campo haciendo maldades. Recuerdo que mi padre murió en octubre y eran en diciembre las fiestas de Santa Lucía. Me escapé a la fiesta. Mi madre me dio una paliza que no me quedaron ganas de ir a otra fiesta. De aquella época se guardaba mucho luto, pero yo era un niño y quería un poco de alegría.
Trabajé siempre en el campo hasta que surgió una cosa de apuntarse en la lista de emigración y te daban un contrato. Yo no tardé mucho en irme porque tenía un amigo que era jefe allí.
Nos dieron un curso de alemán acelerado y nos mandaron a Alemania, a Hannover. Trabajé seis años en una fábrica de uralita. Después estuve en una fábrica de piezas de coche. Estábamos bien allí, lo pasábamos bien. Me defendía en alemán, aunque ahora poco lo recuerdo. Mi vida era trabajar, ir a la residencia en la que vivíamos a hacer de comer… en total estuve unos 15 años en Alemania, hasta que me jubilé. Allí no se hacían fiestas como las de aquí. Lo más que se hace es el Carnaval de Colonia, pero no era lo mismo. Bebíamos una poca de cerveza, aunque yo soy más de vino. Yo venía todos los años, porque tenía mucha morriña. Y así fue todo. Ahora sufro del azúcar, soy diabético. En la vida se pasa bien y se pasa menos bien.
artarme.
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